Fascitis plantar
La fascitis plantar es la inflamación del tejido conectivo grueso que está en la planta del pie y que se fija al talón (aponeurosis o fascia plantar). La función de esta banda es la de tensar la base del pie manteniendo la curvatura plantar, y amortiguar el impacto derivado del acto del desplazamiento sobre la planta del pie.
Por lo general, la fascitis plantar es debida a un exceso de uso (muy común entre los deportistas), un estiramiento de la misma, o la presencia de ciertos factores predisponentes, como el tener pie plano, exceso de peso, presencia de un tendón de Aquiles tenso o la edad.
Hasta hace poco se pensaba que este problema se encontraba asociado únicamente a la presencia de un espolón en el talón (calcáneo), y aunque es cierto que esta es una de las causas de la fascitis plantar, no es la única. El espolón es una protruberancia del hueso del talón.
La presencia de esta estructura causa la inflamación de los tejido adyacentes, entre ellos la fascia plantar y al igual que la fascitis plantar produce dolor y dificultad para caminar.
El síntoma clásico de la fascitis plantar es el dolor, a veces incapacitante, ya sean en la planta del pie o en el talón. Este suele presentarse desde la primera hora de la mañana, cuando el paciente está recién levantado, y va cediendo a lo largo del día, mejorando con el descanso. Si se caminan largas distancias, el dolor suele empeorar.
El tratamiento suele incluir fisioterapia, la administración de analgésicos y antiinflamatorios, y la modificación del reparto de fuerzas plantares con plantillas o soportes plantares. En casos agudos puede recurrirse a la infiltración de corticoides directamente en la inserción fascial plantar talar.